Una de las creencias falsas que existen en nuestra sociedad sobre lo enfermos mentales, y más concretamente en este caso, los que padece esquizofrenia, es que son agresivos y por esto nuestro rechazo ante ellos es aún mayor que hacia el resto de enfermedades.. ¿Pero alguna vez te has preguntado hasta que punto es verdad..?
Según el NIMH National Institute of Mental Heath (Institut Nacional de Salud Mental)-
“La prensa, radio y televisión muchas veces presentan a la violencia criminal como si fuera el resultado de enfermedades mentales. Sin embargo, la realidad es otra. Los estudios de investigación indican que las personas con esquizofrenia no tienen una predisposición a la violencia, excepto aquéllas que tienen antecedentes de violencia criminal antes de enfermarse, y aquéllas con problemas de drogas o alcohol. La mayoría de personas que sufren de esquizofrenia no son violentas. Lo habitual es que prefieren estar solas y se aíslan. La mayoría de los crímenes violentos no son cometidos por personas con esquizofrenia, y la mayoría de personas con esquizofrenia no cometen crímenes violentos.
El abuso de drogas eleva significativamente la probabilidad de cometer actos de violencia en las personas con esquizofrenia, pero lo mismo sucede con las personas sin enfermedad mental. Las personas que sufren de síntomas paranoicos y sicóticos, los cuales tienden a empeorar si se suspenden los medicamentos, también tienen un riesgo más alto de cometer actos violentos. Es común que éstos sean dirigidos a familiares y amigos, y generalmente ocurren en el hogar."
¿Necesitas algo más,que una institucion muy prestigiosa sobre salud mental te lo diga....? pues quizás el testimonio de dos chicas voluntarias ( que son personas corrientes como tú y yo) te puedan hacerlo ve de otra manera.
" Trabajar con enfermos mentales ha sido todo un reto"
Somos dos estudiantes de Psicología, Uxue Orbegozo, de Algorta, e Irene Alustiza, de Pamplona, y colaboramos con la Fundación Argia en Getxo. Desde el pasado mes de octubre realizamos actividades con un grupo de personas adultas afectadas por la esquizofrenia. Para nosotras, trabajar con enfermos mentales ha sido todo un reto por la connotación agresiva, incluso violenta, que aún poseen, y esa idea tan extendida de que se descompensan tan pronto dejan de medicarse. Así que cuando nos propusieron en la carrera tomar parte en la asignatura de Participación Social mediante una propuesta de voluntariado, elegimos este colectivo.
Muchos prejuicios
Hay muchos prejuicios en torno a la enfermedad mental y caen tan pronto los conoces. A veces, nos preguntan si no tenemos miedo y contestamos que hemos encontrado gente normal, amable, a menudo, con gran conciencia de su enfermedad, individuos que se apoyan entre sí porque se conocen y conviven desde hace mucho tiempo. Cada semana, durante cuatro horas, damos clases de idiomas, de teatro, música y análisis de la realidad, es decir, comentamos noticias para mejorar la comprensión de lo que ocurre.
Esta labor no compensa por el número de créditos que nos conceden en la universidad, sino por la experiencia, por pasar de la teoría a la práctica, y, sobre todo, porque algo así te aporta más personal que profesionalmente. Nos hemos olvidado de valorar las cosas pequeñas como las muestras de cariño, una palmada en el hombro, cosas que nos olvidamos que existen. Ser útil a otro es muy importante y sales reconfortada después de haber prestado tu tiempo a quienes te necesitan.
Establecer límites
La relación se hace estrecha, aunque hay que establecer límites y también es cierto que algunos son más reticentes en el contacto porque saben que los voluntarios no están mucho tiempo y no quieren pasarlo mal cuando te vas. En cualquier caso, lo que al principio ves como una enfermedad desde el punto de vista de tus conocimientos, luego se convierte en personas. Tú te humanizas y, por otra parte, de esta manera, ellos también tienen trato con alguien que llega de la calle y no es un especialista.
'Queremos seguir en este mundo'
Esto no va a ser una asignatura más, queremos seguir en este mundo, conocer otros colectivos. Aprendes mucho. No valoramos que otros nos necesitan, que podemos hacer felices a otros, pero tampoco que tenemos que disfrutar de la vida, del día a día, porque algo así se nos puede manifestar de repente. Nunca sabes lo que te puede pasar. ¡Ah! Y tampoco hay que irse muy lejos para echar una mano. La miseria la encuentras tan pronto sales de casa."
Os anexo el link por si quereis ver su blog-
http://www.vidasolidaria.com/experiencias/2009-05-04/38-nosotras-trabajar-enfermos-mentales-sido.html
Gracias por un momento de vuestro tiempo ...
Fabiola-
Solamente quien trabaja con ellos o tiene alguien cercano sabe realmente como son, sin embargo el resto de la sociedad los ve así, como agresivos y peligrosos.
ResponderEliminarMe encanto tu publicación sobre Asperger pues tengo un amigo que tiene un hijo con ese síndrome y lo trato bastante.
Un saludo y enorabuena por el blog.
Con todos los respetos, no tenéis mucha idea acerca del tema que estáis tratando. Hay escritores y pintores geniales y muy inteligentes con esta enfermedad tan... teorética. Yo soy uno de los primeros, mi CI es de más de ciento treinta y básicamente la sociedad "achata los polos", poniendo en el mismo saco a individuos inteligentes, aristocráticos y sensibles con tontos de baba más oligo que esquizo. Wrong again. Obviamente, los editores de literatura -homosexuales ultracapitalistas, claro- marginan mis escritos, lo cual me hace admirar a Javier Rosado o Noelia de Mingo, verdaderos próceres de la vida como camino de perfección. Creo en el superhombre y en el dominio del aristócrata sobre la masa y sus correcciones políticas forzadas, totalitarizantes, obscenas y -ante todo- profundamente mongólico-falsarias.
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